La arquitectura civil urbana eran las casas coloniales
de la ciudad. Estas tienen una entrada principal que da hacia la calle más
importante. La importancia y el tamaño de la casa se clasificaba según las
ventanas que tenían, ya que al estas ser alargadas y estar junto a otras solo
tenían una o dos ventanas dependiendo cuan anchas eran. A la entrada principal
le sigue el zaguán; un pasillo largo que comunicaba la entrada con el patio y
habitaciones. En los exteriores se presentaban aleros; pasillo techado que
sobresale de la construcción. La cantidad de figuras decorativas que se le
pusieran a la construcción dependía del poder económico de cada familia y si
esta deseaba ponerlo.
La
arquitectura civil rural era todas aquellas casas coloniales del campo, en
donde La planta era casi toda cerrada, aunque tenía corredores para darle luz y
ventilación a la casa. Las columnas eran de tipo toscano con dinteles sencillos
ya que así fueron menos costosos.
Esta
arquitectura era de tipo castillo: robusta, sobria y sencilla de muros gruesos
donde predomina la línea horizontal.
La vivienda popular de la
colonia se caracterizaba por la simplicidad de sus formas, sin muchos efectos
escenográficos, mientras que la sobriedad era la principal característica de
las mansiones aristocráticas, con una fuerte influencia morisca heredada de la
España Meridional. Se puede reconocer la
funcionalidad de cada arquitectura colonial, por el empleo de los materiales,
algunos como la madera, la caña amarga, el adobe, la tapia y la arcilla, que
sirvió para la creación de ornamentos funcionales




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